Alba Cárdenas:

“Las enfermedades vienen porque uno no cuida su alimentación”

Texto y fotos de Clara Bustos Urbina

Alba Cárdenas Arcos nació en San Juan de la Costa, Osorno hacia la cordillera. Al sector Las Tunas de Placilla llegó hace 19 años, una vez que jubiló, en busca de sobrellevar mejor el asma que le ha aquejado la vida entera. Al poco andar se fue insertando en la comunidad, siendo ahora la presidenta del club de adultos mayores Nuevo Amanecer y, con su invernadero, miembro de la directiva de un grupo Prodesal, el Programa de Desarrollo Local impulsado por Indap.

Su infancia la pasó en San Juan de los Andes, cerca de Osorno. Vivió en Limache –donde trabajó como dama de compañía de una joven mujer alemana- y posteriormente en Santiago, donde a la par de su trabajo remunerado, su matrimonio y la crianza de los hijos, ahondó su vocación por el trabajo comunitario junto a misioneros columbanos en la comuna de El Bosque.

Muy joven, en Osorno, recibió estudios de economía doméstica, aprendizaje que le ha acompañado y que busca transmitir a otras personas: “Yo aprendí a vivir con poco y aprovechar todas las cosas”.

De sus distintas experiencias y preocupaciones relacionadas con alimentación, nos contó en esta entrevista.

“Acá lo que se da bueno son las tortillas, los budines, esas son cosas que cualquiera las tiene en el jardín, que es una comida fácil. Lo que pasa es que la gente tiene la mentalidad que uno tiene que matar un chancho y comérselo en dos o tres veces. Es como que la carne les da una personalidad, el que no tiene el tremendo asado no es don. Eso es mental. Yo les digo a ellos. He estado en conversatorios, me han llamado a buscar de la municipalidad y les digo a ellos ´si me invitan, tienen que dejarme hablar’. Todas las enfermedades vienen porque uno no cuida la alimentación. Si uno, como dueña de casa, no cuida eso, la familia queda desprotegida”, enfatiza.

¿Qué cocina usted ahora?
Yo cocino legumbres dos veces a la semana. Hago porotos, después garbanzos y lentejas. Las hago con zapallo, le pongo perejil, hojitas de apio, porque así queda una comida que hincha. L o que contiene el apio es muy importante para el estómago. Como verdura, usted le pone el perejil y el apio un poco antes de retirarlo y eso hace muy bien.

Por mi marido preparo una vez tallarines y, los otros días, hacemos charquicán o cazuela.

– ¿Cómo prepara el charquicán?
Yo preparo el charquicán de cochayuyo, ya sea con porotos verdes, con acelgas o con arvejas. Lo verde que le pongo es lo que hay en la temporada. Eso nunca lo dejo. Las pantrucas nunca las he dejado.

El charquicán de cochayuyo era comida de invierno. Depende de la zona donde se esté, pero siempre eran similares, papa, zapallo, zanahoria. Por allá donde me crie no había tanto choclo, eso es cosa de última hora, pero se le ponían en lo verde las acelgas, los berros y el repollo, como ahora arvejas. Eso era lo que se daba en la casa. Y lo que se hacía de repente para la once eran tortillas de perejil, igual como se hacen las de acelga.

– Aparte del consumo de cochachuyo ¿consume otros productos del mar?
Sí, una vez a la semana. Afortunadamente unas señoritas que dicen que vienen de Pichilemu pasan vendiendo pescado congelados, listitos para llegar y prepararlos.  Y si no, compro en San Fernando. No es un lugar tan favorable para comprar el pescado, pero nosotros siempre comemos porque es saludable.

La comida de mariscos la hacemos como carbonada nosotros, con caldo. Con marisco surtido, pero cuando no con las conchas usted lo saca y las hierve y con el caldito usted prepara lo otro, con papa, zanahoria… es una comida completa. Nosotros le hacíamos desde chico a los niños.

– ¿Prepara postres?
Solamente comería puro dulce…  Siempre hago un bavarois, siempre tengo un arroz con leche, hago inventos con muy poca masa y mucha manzana. Usted pica las manzanas, las pone en el sartén con un poco de mantequilla y canela, las revuelve, y eso se lo pone a una masita delgadita de kuchen o la misma masa de queque no más, y lo lleva al horno, y si lo quiere mejor como para presentarlo si viene visita, yo le pongo una crema Nestlé o le hago una crema pastelera.

Y todas las mermeladas que se puedan y los dulces. Los guardo. De repente los regalo. Hago mermeladas muchas.

En el sur había temporadas de verduras, pero aquí en el norte se tiene la oportunidad de tener verduras todo el año y siempre me preocupé de una muy buena alimentación para mis hijos y por lo tanto también para mí. Yo creo que nos ayuda bastante eso.

– ¿Qué se da mejor acá?
La tierra es buena. Se da de todo. Uno prepara la tierra igual, de antes lo sabía, pero ahora con mayor razón. La preparo con las mismas cosas del lugar, con el abono de las gallinas y las hojas, de un un año para otro, y después termina siendo para las plantas.

– ¿Cómo prepara las mermeladas?
En Santiago ya hacía, pero ahora tengo mis árboles. Tengo que convidar fruta porque cuando yo llegué aquí toda la gente me convidaba fruta, me decía usted todavía no tiene así que mandaban un niño con una canasta con cosas que yo no tenía. Este es un lugar bendito porque aquí el que no tiene el otro le da.

– ¿Ha cambiado la manera de prepararlas?
Yo las hago a mi manera, de cuando me los enseñaron a hacer a los 15 años. La fruta, cualquier fruta que usted tome tiene que ser 1 taza de fruta y una taza de azúcar, porque si lo hace con menos la mermelada le puede durar poco y se le va a echar a perder. La fruta ha cambiado, está muy aguada, y eso puede hacer que quede muy clara.

Tengo una frambuesa que nadie tiene por aquí porque la traje de Osorno, que es una frambuesa que guía, como las parras, de esas que se usan para los kuchenes en el sur. Yo hago mermelada pero no le gusta mucho a la gente porque es ácida. A mis hijos sí y la uso para kuchen. Y algunas personas me compran. También tengo morones, frutillas, frambuesas y la gente pregunta y compra. Y los duraznos y damascos.

– ¿Qué piensa de la alimentación actual de los niños?
Mala, pésima. Lo más caro es cuando los niños se enferman, entonces uno no le tiene que dar importancia el teléfono más caro, a la ropa más cara, sino que a alimentar bien a los niños cuando son chicos. Por ejemplo, el ajo no lo quito nunca porque tiene una vitamina que es lo que uno necesita para el pulmón.

– ¿Toma mate?
Mate con menta o laurel de cocina, boldo, manzanilla, que también la recojo en el verano, poquito canela, o bien cascara de naranja, porque tampoco la pierdo. Pelo la naranja antes de sacarle el jugo y la dejo secar para tomar con té o mate.

– ¿En el vivero planta verduras de otras zonas?
He tenido verduras muy ricas, nuevas, pero la gente no las compra… Tomates y lechugas sí, pero las otras nuevas no. Por ejemplo, yo le regalo a la gente el cale, que tiene muchas propiedades, y que siempre lo planto y lo pico chico y lo sirvo en la comida de mi casa. Pero no me ha ido bien así que la planto para la casa no más. Entonces se quedan con lo tradicional y en general no aceptan lo diferente.

One Comment

Leave a Reply