Texto de Karina Jara Alastuey. Fotos gentileza de Natalia Berrios y Sernatur.

Natalia Berríos Martínez es la encargada de la Unidad de Desarrollo de la Dirección Regional de Sernatur O’Higgins, área que tiene distintos componentes como la formalización de los prestadores de servicios, la calidad, la sustentabilidad, la innovación y el capital humano, además de trabajar con los municipios y con el territorio a través de los coordinadores de turismo.

– ¿Capacitan a operadores turísticos?
A distintos tipos de públicos objetivos de la industria. Temas de medioambiente también realizamos en esta unidad, temas más técnicos, participamos en mesas técnicas de trabajo.  O sea, somos un equipo pequeño, pero que hacemos todo este tipo de funciones hacia el nivel macro, el área de inspección.  Hablé de formalización, que es la parte de registro e inspección a los prestadores de servicios turísticos. Hay una Ley de Turismo que nosotros damos cumplimiento a esta normativa.  Así que eso en general y en macro es lo que hacemos en desarrollo.

– ¿Cuál es su visión con respecto al turismo de la Región de O’Higgins?
A nivel técnico y a grandes rasgos, la Región de O’Higgins se compone – a nuestra visión – de cómo trabajamos con destinos turísticos, que tienen distintas experiencias que las personas pueden realizar en el territorio.  A nivel regional hemos identificados ochos destinos, entre ellos están los más consolidados como Pichilemu, el valle de Colchagua, Lago Rapel, que está definido como zona de interés turístico. Está Navidad y Tagua Tagua – Valle de Almahue. También la zona cordillerana con el alto Cachapoal y el Alto Colchagua además de valle de Cachapoal.

– Ahí están los ocho destinos…
Así es. Esos son los ocho destinos de la región. A nivel de experiencias, hay tres priorizadas que nosotros difundimos y trabajamos más y que son las que nos caracterizan como región: turismo cultural, turismo enológico y el turismo deportivo o aventura. Entonces, por ahí va la visión o lo que se configura el turismo en la región a través de estos destinos, que tienen oferta turística, atractivos, prestadores de servicios. Hay demanda. Entonces se configura el escenario turístico. A su vez, esas personas prioritariamente vienen por estos tipos de turismo que mencioné.

– ¿Qué tipo de turista es el que llega a la región?  ¿son de chilenos o extranjeros?
La mayoría de los turistas son chilenos.  Más del 90% que llega son chilenos y esos 90% más del 50% es de la Región Metropolitana.

– ¿Algunos destinos favoritos?
Favoritos y más consolidados son Pichilemu y el valle Colchagua principalmente. Ahora se despliegan por toda la región dependiendo de las actividades como por ejemplo en Navidad, en Tagua Tagua o en la zona cordillerana, ya sea en la zona de Machalí, Codegua o San Fernando.
Sewell, Cipreses, la zona de las termas y el Lago Rapel.

– Y está la presencia de las distintas viñas
Claro.  Está todo lo que tiene que ver con turismo enológico. A nivel internacional también recibimos visitas y ellos sí se interesan más por el turismo enológico y deportivo.

Parque de Peralillo. Foto de Sernatur

– ¿El turista extranjero es más propenso al turismo enológico y deportivo y el chileno más al turismo cultural?
En verdad entre los dos tipos de turismos, el cultural y deportivo. Son los productos que nosotros vendemos. Ahora ¿cuál es más? es el turismo enológico con los turistas brasileños, de EE.UU., Colombia y de Europa.

– Menciona que ustedes se están enfocando en el turismo cultural, pero ¿qué valor le están dando al turismo patrimonial y gastronómico regional?
Nosotros trabajamos con el turismo cultural como una experiencia actualizada para mostrar hacia afuera. Porque como le comentaba, la parte de desarrollo que es la parte de formalización, cuando los empresarios están recién partiendo, formalizándose, registrándose en Sernatur, después, cuando ya están listos, pasa a esta parte de promoción. Nosotros trabajamos con los emprendedores y empresarios que están registrados en Sernatur. Entonces, existe una estrategia nacional de turismo gastronómico que se estaría actualizando.

– Pero ¿se le quiere dar un apoyo fuerte?
Sí, por parte de la Subsecretaría. Se ha trabajado el turismo gastronómico a través de los lineamientos que tiene la Subsecretaría, que también baja hacia Sernatur y hacia las regiones. En enero pasado tuvimos un taller de turismo en caletas gastronómico, que se realizó en Pichilemu y en otras caletas del país.
Entonces nosotros estamos trabajando en turismo gastronómico. De hecho, queremos hacer un seminario de turismo gastronómico más adelante como Sernatur.

– Aparte de Sernatur ¿qué otros organismos participarían?
Subsecretaría y con nuestro partner de acá, que es el Centro de Negocios de Sercotec.

– A fines de enero se realizó en la Casa de la Cultura en Rancagua la Feria de Gastronomía de Productos de la Región de O’Higgins.
Sí. Fuimos como invitados. Eso es parte de un proyecto FIC que se está ejecutando. Trabajamos también de la mano con ellos. Nosotros somos como apoyo, colaboradores en el área técnica de turismo específicamente, que es lo que nosotros trabajamos.  Pero sí, el área de turismo cultural y gastronómico se ha trabajado incluso con anterioridad a través de otros FIC, relevando los productos locales tanto las artesanías como los productos, los alimentos. De hecho, nosotros como Sernatur sacamos el año pasado un catálogo con productores y artesanos locales, donde también hay productos que son nuestros emblemas como la sal de Cáhuil y los vinos, por ejemplo, digamos, todos los productos locales. Nosotros siempre lo estamos tratando de relevar para que la gente conozca nuestra identidad.

– ¿Qué tradiciones gastronómicas o productos alimenticios existen en la región que estima merecen ser conocidos, destacados y promocionados?
Mencioné la sal de Cáhuil, pero están los aceites de oliva de la zona de Lolol, el cordero secano, el chacolí de Doñihue, los algueros de Navidad, quienes han ido con nosotros a ferias de turismo.  Están los tomates rosados gigantes de Peumo o el charquicán de la señora Chepita de Machalí.

– Hay un evento relacionado con la preparación de charquicán que se realiza en Machalí. 
Sí, un festival. De hecho, nosotros lo patrocinamos ese evento con apoyo en la difusión. Para qué decir los vinos tanto en Colchagua como en Cachapoal o la quínoa de Paredones, que de hecho ganaron un premio como de buenas prácticas en turismo municipal, porque hay una ordenanza que les entrega un sello a los que utilizan la quina en sus menús.
Y nos alegra también que hace poco el municipio de Lolol hizo la Fiesta del Aceite de Oliva. Eso también es turismo, que los productos locales también se estén relevando. Ojalá que en todos los restaurantes en Pichilemu usaran la sal de la zona en vez de la Sal Lobos o que utilizaran cerámica de Pañul, aceite de oliva, vinos y frutas de la zona, petados, mariscos. Ese es nuestro sueño.

Tomates. Foto de Verónica San Juan

–  Natalia ¿cómo la cocina tradicional chilena se puede convertir en un vehículo para promover el turismo cultural?
Creo que el turismo es una buena forma de traspasar el conocimiento que se da también en otras áreas como áreas muy científicas o muy técnicas. Por ejemplo, el nuevo vino, la producción no es algo como del día a día. O el turismo astronómico, cuando nos enseñan sobre las estrellas. Hay como un conocimiento científico muy preciso. O la flora que tiene ciertas características y eso lo podemos conocer. El turismo es una forma de acercarse a conocimiento científico, técnico, de una forma fácil y amigable a las personas. Creo que el turismo es una buena herramienta para hacerlo posible. Y respecto a alimentos, que es algo que nos nutre de día a día, es mucho más recomendable y factible, digamos.

– ¿Se podría promocionar el turismo gastronómico con el ejemplo del restaurante que ocupa productos locales?
Eso es lo que nos gustaría que ojalá lo hiciera la mayoría de los restaurantes y tratamos de promoverlo a los lugares donde vamos, en las reuniones.

– ¿Y por qué ello aún no es una realidad? ¿es por un tema de costos, voluntad, ganas?
Creo que puede ser por un tema de costos, puede ser por adoptar la identidad y relevarla, a lo mejor, lo más fácil y barato.

– ¿Podría ser que aún nos cuesta valorar lo propio y es mejor visto apuntar a platos foráneos?
Creo que puede haber múltiples factores. No algo único, sino que tal vez mire lo de afuera con mejores ojos y lo nuestro como más típico, del día a día, y que alguien de afuera come algo que es habitual acá, pero lo encuentra distinto. El mismo pan amasado con huevitos de campo es un desayuno es único y, por ejemplo, el turista de Santiago no lo come todos los días pero que por esta zona es algo habitual.

– ¿Qué plato de la cocina chilena tradicional escogería para promover el turismo de la Provincia de Colchagua y de la Región de O’Higgins en general?
¡Qué difícil! A mí, en lo particular, cuando he probado el cordero del secano me ha gustado. He probado el cordero patagónico y tienen sabores distintos. El de acá tiene un sabor único. No sabría diferenciar si es más o menos grasoso. Los dos son ricos pero el cordero del secano tiene un sabor distinto al patagónico. Lo pruebas y te das cuenta que la alimentación de ese cordero fue diferente. Es sabroso. Entonces con unas buenas hortalizas acompañado de unas papas rústicas, con cascarita y aliño, exquisito.

– ¿Algún vino para acompañar este plato?
Un vino de Colchagua y los más ricos para mí son los carmenere. Entonces, un buen carmenere y este corderito.

– ¿Sería un cordero asado al horno o al palo?
Al horno. Me gusta al horno.

Link para descargar el catálogo: Catálogo de Artesanos y Productores de O’Higgins

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