La importancia del rescate gastronómico de San Fernando
De Jesús Vega Cornejo, encargado Área de Turismo, Ilustre Municipalidad de San Fernando.
Fotos de Turismo San Fernando turismosafernando.cl
San Fernando, capital de la Provincia de Colchagua, es conocida – entre otros muchos atractivos – por sus termas, huellas de dinosaurios, monumentos nacionales, glaciares, el milagro de Los Andes y viñas, los cuales levantan desde lo más alto del valle a esta ciudad que está en proceso de renovación y retomar su lugar relevante en la Región de O’Higgins.
Pero dentro de todo esto hay un ítem que queda atrás, que poco se ha trabajado y desarrollado, y es la gastronomía.
¿Existe algún plato típico de nuestra zona? Ahí es cuando se comienza a preguntar, explorar e investigar. Comienzan a aparecer distintos lugares y preparaciones, pero ¿representan a nuestra ciudad o un tipo de gastronomía que nos lleva a visualizar nuestra geografía, que no es única y que está replicada en distintas partes de la zona central de Chile? Y en ese análisis llegamos a determinar que somos una zona huasa, de campo, de arrieros, donde la agricultura predomina, junto a la agroindustria y – cada vez menos – la ganadería
Cordero al palo, pastel de choclo, cazuela, charquicán, tomaticán y humitas, entre otros platos, que pasan a ser un clásico de nuestra zona, pero también de Chile en general.
Anuncios de tortillas al rescoldo se visualizan en cada camino que nos lleva a algún remoto lugar de nuestra querida comuna, o los carteles artesanales – simples pizarras y tiza blanca – que nos indica empanadas o mote con huesillo son constantes, más aún en verano cuando los turistas visitan nuestros ríos y montañas. Es campo y cordillera; buscan nuestra naturaleza y que se ve reflejada en las preparaciones campestres de dueñas de casas, que para muchas en temporada estival significa un ingreso extra.
La gastronomía – si bien hoy en día no es el atractivo turístico primordial – es el complemento perfecto que refleja nuestra ciudad y que hoy en día cada vez suma más adeptos sobre todo en la cordillera sanfernandina, que limita con Argentina.
Si observamos un poco más allá de la frontera, vemos coincidencias en muchas preparaciones que nos llevan a reflexionar que una cordillera no nos separa, más bien un paso de damas nos conecta con un mundo distinto pero hermanado en diferentes aspectos.
Allá está el chivo al palo y acá el cordero al palo; empanadas similares, pero no iguales que generan las ganas de unos y otros para probar e identificar estas diferencias. O el vino, que en distintas preparaciones nos lleva a enaltecer nuestros valles vitivinícolas que atrae a los paladares más elegantes del mundo.
Sin duda degustar una rica preparación, que mezcla campo, cordillera y tradición, los llevará a descubrir un mundo casi inexplorado que traerá un impacto al desarrollo cultural y turístico.
¡Vive San Fernando, capital de Colchagua!